
Como un barco sin rumbo,
arrastrado por la corriente
a caer en lo profundo,
al borde de la muerte.
Así estoy...
Sin fe, sin luz, sin suerte.
Ya no importa tu ausencia,
es que casi ni te recuerdo;
ya no es motivo de tristeza...
Pero a veces te recuerdo,
escuchando mis penas,
compartiendo mis alegrias;
a veces me haces falta.
Me hacen falta tus caricias,
tus retos, tus consejos;
no ha sido fácil la vida
sin las cosas que tú me dabas.
Ningún abrazo tuvo más calor,
ninguno fue más sincero,
ni con más amor;
amor puro y verdadero.
Porque fui fruto de tú árbol,
un pedacito de tu alma
y quiso el destino
que pronto me faltaras
He pasado de todo
y de todo me ha pasado,
pero no me pasa la tristeza...
A veces te necesito a mi lado.
Interesante blog.
ResponderEliminar