
Llega otra primavera,
pero esta vez todo es distinto,
el invierno se queda en mi alma…
La soledad me lleva del brazo
y está tan fría la cama,
están tan lejos los sueños.
El adiós fue sólo el comienzo
después de extinguirse la llama
de un invasivo y cruel silencio.
En la luz se dibuja tu sombra,
que cada noche contemplo;
y la memoria aún sangra,
entre amor y odio, tu recuerdo.
Ya no aguardo tu llegada
ni quiero volver a intentarlo,
queda vacío, no queda nada,
donde una vez fuimos todo.
A donde van las caricias,
el amor que antes era mío;
donde las rotas promesas
de hacer uno nuestro destino.
Se han cerrado las heridas,
pero es más difícil el olvido
