Eres tú, la que apareces
en mis pensamientos todavía,
soy yo, el que devora tempestades,
nostálgico de tu mirada perdida.
Acaso el tiempo no cure esta herida
y sea mi memoria el peor de mis males,
o tal vez, mi única mayor alegría?
Acaso lo dulce tan sólo me amargue.
No es que sepa lo que siento
ni a donde me lleva el alma mía,
puede que a veces te extrañe
y es que la soledad no se me amiga.
Puede que en todo lo que te atañe,
hoy es parte de un escurridizo viento,
ponga ataduras a mi vida;
fuiste seguro mi gran amor,
pero ahora eres mi tormento.
Eres tú, la que ya no deseo,
fundamento de un viejo dolor.
Soy yo, el que ya no te quiere,
pero tampoco te olvida.

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