faltos de sueños, de amor, de fe.
Así en la vida nos encontramos,
llenos de tristezas y de porques.
Tú, de alas suaves, blancas,
de radiante ternura y pureza.
Yo, de alas vencidas, negras.
Ambos de alas rotas, roídas
por extensos vuelos solitarios,
buscando nuestras almas gemelas.
Así lentamente nos cobijamos,
piel a piel entre miradas
y de a poco nuestros silencios
fueron entretejiendo palabras.
Así surgieron proyectos
fundiéndonos en creciente afecto,
del cual estas almas desesperadas
estuvieron tan carentes.
Nos curamos corazones y alas,
nos prometimos hasta en la muerte,
amarnos, cuidarnos siempre,
ser eternas almas gemelas...
Tú y yo, de alas blancas y negras.

Soneto XLIV
ResponderEliminarNeruda
Sabrás que no te amo y que te amo
puesto que de dos modos es la vida,
la palabra es un ala del silencio,
el fuego tiene una mitad de frío.
Yo te amo para comenzar a amarte,
para recomenzar el infinito
y para no dejar de amarte nunca:
por eso no te amo todavía.
Te amo y no te amo como si tuviera
en mis manos las llaves de la dicha
y un incierto destino desdichado.
Mi amor tiene dos vidas para armarte.
Por eso te amo cuando no te amo
y por eso te amo cuando te amo.