-->
-->
Quiero decirte ahora,
ahora que estoy lejos,
lejos de tu corazón;
que el llanto ya no aflora,
que no brillas en mis ojos
y ya te di mi último adiós.
Recordando que otrora
fui el héroe de tus sueños,
el que cambió tus penas y odios
por sonrisas e ilusión…
Aunque tal vez no me escuches
y por eso te lo escribo.
Aunque tal vez no me leas
y para el caso da lo mismo.
Y te digo:
El pasado del cual huyes
es un mapa de nuestro recorrido,
no lo intentes, no te mientas;
no desestimes lo vivido.
Yo tan sólo soy un hombre,
que te amó hasta las estrellas
y tal vez por tanto amarte,
no te amé como has querido.
Yo remé en todas las mareas
y siempre quise protegerte,
yo hice el sacrificio
y tal vez no fue suficiente.
Algo hice mal seguramente,
todo es efecto de una causa.
No creí que dejarías de amarme…
Ahora que estoy lejos,
lejos de tu corazón;
ahora puedo verlo,
todo fluye a la razón.
Tú necesitabas que te amen,
yo necesitaba amar a alguien.
Fuimos dos menesterosos,
no comprendimos que el amor
es más que dar y recibir,
es simplemente compartir
las alegrías, las penas, los besos…
Por eso te digo:
No lo intentes, no te mientas.
Yo sólo era un hombre ciego
y tu una mujer callada,
me arrastraste a tu silencio;
hasta que de lo nuestro
no quedó nada.
Hubieran bastado, una mirada,
unas pocas sinceras palabras,
para evitar tanto desvelo,
tantos años sin un te quiero.
No quedan siquiera palabras,
ni las ganas de insistir,
no tengo nada para decir
y ya no quiero escuchar.
Te libero de mentir,
ya conozco la verdad.
El tiempo y la distancia
quebraron toda esperanza,
ya no espero que vuelvas a mí,
ya no hay necesidad.
Nada puede lastimarme,
el pasado quedó atrás;
el futuro es lo que importa
y en el tú no estarás.
Aunque ya no encuentre abrigo
a mi triste soledad,
me pintaré una sonrisa
cuando te vea pasar.
Aunque no me llegue el olvido
y a veces te pueda extrañar,
se que todo pasará
o al menos se hará costumbre.
Quiero mirar el mañana sin tu roció,
sin tus ojos ni tú perfume;
que mis sueños no te nombren,
que no encuentres en ellos asilo.
Después de todo no se esconden
de ti las verdades que hoy tengo;
no hay nada que explicar,
tu desamor congeló el fuego.

Llega otra primavera,
pero esta vez todo es distinto,
el invierno se queda en mi alma…
La soledad me lleva del brazo
y está tan fría la cama,
están tan lejos los sueños.
El adiós fue sólo el comienzo
después de extinguirse la llama
de un invasivo y cruel silencio.
En la luz se dibuja tu sombra,
que cada noche contemplo;
y la memoria aún sangra,
entre amor y odio, tu recuerdo.
Ya no aguardo tu llegada
ni quiero volver a intentarlo,
queda vacío, no queda nada,
donde una vez fuimos todo.
A donde van las caricias,
el amor que antes era mío;
donde las rotas promesas
de hacer uno nuestro destino.
Se han cerrado las heridas,
pero es más difícil el olvido
Aún estando tan cerca,
los silencios se hicieron infinitos;
el camino abrió en dos nuestra meta
y hoy es un enredado de laberintos.
De tu accidentada geografía,
sólo me queda el mapa;
aquel paisaje en mi memoria,
era mi hogar, mi morada.
Hacia tiempo no me mirabas,
como ocultando el desencanto,
luego escaseabas las palabras
y yo solo seguía soñando.
Yo te sentía tan próxima
mientras te ibas alejando,
las mentiras se hicieron montañas
que ya no pude seguir escalando.
Hoy me vacío en lágrimas
un poco más de tu recuerdo,
fuiste el amor de mi alma,
hoy, lento y mortal veneno.

Nos dejó una noche fría y oscura,
Cansada de su calvario interior,
Más que de sus enfermedades…
Y las lágrimas rodaron por mi cara.
Ella sabía sentir y dar amor,
Aunque pocos lo notaban;
No era su don demostrarlo
Ni decirlo, mucho menos.
No había mucho que comprender,
Simplemente había que aceptarlo;
Hay diferentes formas de ser,
Pero un único modo nos hace humanos…
Y ella lo fue.
Sólo había que mirarse
En el espejo de su corazón,
Que detrás de sus silencios
O su alzada voz de enojo,
Estaba dispuesta a ayudar
A quien la necesitase.
Por eso la salvo y guardo
En el álbum de mi memoria,
Donde la hipocresía no la toca,
Donde su esencia seguirá viva,
Donde mi alma la llora.


Yo estuve siempre a tu lado,faltos de sueños, de amor, de fe.
Así en la vida nos encontramos,
llenos de tristezas y de porques.
Tú, de alas suaves, blancas,
de radiante ternura y pureza.
Yo, de alas vencidas, negras.
Ambos de alas rotas, roídas
por extensos vuelos solitarios,
buscando nuestras almas gemelas.
Así lentamente nos cobijamos,
piel a piel entre miradas
y de a poco nuestros silencios
fueron entretejiendo palabras.
Así surgieron proyectos
fundiéndonos en creciente afecto,
del cual estas almas desesperadas
estuvieron tan carentes.
Nos curamos corazones y alas,
nos prometimos hasta en la muerte,
amarnos, cuidarnos siempre,
ser eternas almas gemelas...
Tú y yo, de alas blancas y negras.